Hello all, I will present the M.S.A. What is the meaning of "Internationalization?" (Fr. Isaac Martinez M.S.A.)
LA INTERNACIONALIZACIÓN EN LOS MISIONEROS DE LOS SANTOS APÓSTOLES
"Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación.” (Mc 16,15)
Desde hace algunos años, la humanidad entera vive bajo el impulso de la internacionalización. Lo cual se va experimentando en el ámbito de la economía, el comercio, y la tecnología, de los pueblos y culturas, de los derechos de la persona, en el ámbito de las religiones y de los medios de comunicación.
Cuando se habla de internacionalización, generalmente se hace referencia «a los intercambios de diversa naturaleza, económicos, políticos, culturales, entre naciones, a las relaciones que resultan de estos intercambios, pacíficas o conflictuales, de complementariedad o de competencia.»[1]
En nuestro caso, más bien hablamos de la internacionalización en el marco de la realización de nuestra misión.
A lo largo de su historia, la Iglesia Católica, siguiendo el mandato de Jesús «vayan por todo el mundo», vivió la experiencia de la internacionalización de diferentes maneras. Por ejemplo, en el envío de misioneros a las regiones de las que no eran originarios o en los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica que organizaban comunidades internacionales con el fin de evangelizar a los pueblos.
Los Misioneros de los Santos Apóstoles (MSA) también, en el pasado, han participado en esta dinámica. MSA del Canadá fueron para trabajar en América Latina y en el África, MSA de los Estados Unidos colaboraron en el trabajo de evangelización de América Latina poniendo en práctica nuestro carisma: la formación, promoción y acompañamiento de vocaciones.
Actualmente, en nuestra comunidad, la internacionalización se vive un poco en todas partes. Algunos MSA. que están trabajando en el Camerún no son originarios de su país de adopción, un MSA de la República Democrática del Congo está colaborando en el Perú, tres MSA del Canadá están trabajando en los Estados Unidos, tres MSA del Perú están en Venezuela, tres MSA del Perú están trabajando en Colombia, dos MSA de Colombia están ayudando en la formación en el Perú, la mayoría de MSA que está trabajando en el Brasil no son originarios de este país. Todos están allí con el fin de proclamar la Buena Nueva del Reino, para hacer escuchar las maravillas de Dios en el idioma de sus oyentes[2], y para dar sacerdotes a la Iglesia.
Pero, la internacionalización tiene sus consecuencias en la vida comunitaria y apostólica, y esto en varios aspectos como: las relaciones humanas, las relaciones culturales, la visión teológica, la concepción de la práctica pastoral, la vida litúrgica. Para nosotros, surgen algunas preguntas como las siguientes: ¿cómo vivir esta realidad? ¿Cómo hacer para que un M.S.A. se realice plenamente en una comunidad internacional?, o ¿cómo esta comunidad va a realizar eficazmente la misión de la Sociedad? Aquí les comparto algunos principios:
1. Dejarse guiar por el Espíritu. Es él quien en Pentecostés hizo hablar a los Apóstoles de tal manera que todas las personas les comprendían en sus propios idiomas[3].
2. Seguir a Jesús en su manera de acercarse a las personas de otras culturas y creencias[4]. Respetar a la persona en su identidad personal y cultural.
3. Vivir la espiritualidad del Cuerpo Místico. Es una espiritualidad de apertura universal.[5]
4. Vivir en comunión. «La Sociedad, en sus diversos niveles, es antes que una institución, una “comunión”, una “comunidad” de cristianos que han recibido el don de una auténtica vocación»[6]. Ya no existe fronteras de cultura, idioma, país.
5. Inculturarse. Jesús se encarnó en una cultura particular, la asumió, la respetó y la llevó a su plena realización.
6. Crear « una atmósfera de familia en donde cada uno se sienta aceptado y apreciado por lo que es. Esto exige voluntad de servicio, de apertura y de apoyo mutuo.».[7]
7. Vivir “relaciones interpersonales armoniosas y verdaderas”, y tener “la preocupación evangélica por los demás, así como la voluntad de crecer juntos para construir, en la caridad, la unidad de la comunidad.”[8]
Que nuestro lema “Unidos en el Señor Jesús” se convierta en el motor de la internacionalización en nuestras comunidades y que manifieste nuestro deseo de testimoniar que todos los humanos están llamados a ser hijos de un mismo Padre y a amarse como hermanos y hermanas.[9]
[1] Cf. «La mondialisation: un phénomène pluriel», en Daniel Mercure (dir.), Une société-monde? Les dynamiques sociales de la mondialisation, Presses de l'Université Laval, De Boeck, 2001. Internet, en L’encyclopédie de l’Agora.
[2] Cf. Ac 2,4-11.
[3] Cf. Ac 2,1-11
[4] Cf. Mc 7,24-30.
[5] Cf. P. Eusebio Menard, Reglas de vida para la familia de la obra de los Santos Apóstoles. Cf. Col 3,11.
[6] P. Eusebio Menard, Reglas de vida para la familia de la obra de los Santos Apóstoles.
[7] Const. M.S.A., Art. 18.
[8] Const. M.S.A., Norma 18.1.
[9] Cf. Const. M.S.A., Art. 8.
"Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación.” (Mc 16,15)
Desde hace algunos años, la humanidad entera vive bajo el impulso de la internacionalización. Lo cual se va experimentando en el ámbito de la economía, el comercio, y la tecnología, de los pueblos y culturas, de los derechos de la persona, en el ámbito de las religiones y de los medios de comunicación.
Cuando se habla de internacionalización, generalmente se hace referencia «a los intercambios de diversa naturaleza, económicos, políticos, culturales, entre naciones, a las relaciones que resultan de estos intercambios, pacíficas o conflictuales, de complementariedad o de competencia.»[1]
En nuestro caso, más bien hablamos de la internacionalización en el marco de la realización de nuestra misión.
A lo largo de su historia, la Iglesia Católica, siguiendo el mandato de Jesús «vayan por todo el mundo», vivió la experiencia de la internacionalización de diferentes maneras. Por ejemplo, en el envío de misioneros a las regiones de las que no eran originarios o en los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica que organizaban comunidades internacionales con el fin de evangelizar a los pueblos.
Los Misioneros de los Santos Apóstoles (MSA) también, en el pasado, han participado en esta dinámica. MSA del Canadá fueron para trabajar en América Latina y en el África, MSA de los Estados Unidos colaboraron en el trabajo de evangelización de América Latina poniendo en práctica nuestro carisma: la formación, promoción y acompañamiento de vocaciones.
Actualmente, en nuestra comunidad, la internacionalización se vive un poco en todas partes. Algunos MSA. que están trabajando en el Camerún no son originarios de su país de adopción, un MSA de la República Democrática del Congo está colaborando en el Perú, tres MSA del Canadá están trabajando en los Estados Unidos, tres MSA del Perú están en Venezuela, tres MSA del Perú están trabajando en Colombia, dos MSA de Colombia están ayudando en la formación en el Perú, la mayoría de MSA que está trabajando en el Brasil no son originarios de este país. Todos están allí con el fin de proclamar la Buena Nueva del Reino, para hacer escuchar las maravillas de Dios en el idioma de sus oyentes[2], y para dar sacerdotes a la Iglesia.
Pero, la internacionalización tiene sus consecuencias en la vida comunitaria y apostólica, y esto en varios aspectos como: las relaciones humanas, las relaciones culturales, la visión teológica, la concepción de la práctica pastoral, la vida litúrgica. Para nosotros, surgen algunas preguntas como las siguientes: ¿cómo vivir esta realidad? ¿Cómo hacer para que un M.S.A. se realice plenamente en una comunidad internacional?, o ¿cómo esta comunidad va a realizar eficazmente la misión de la Sociedad? Aquí les comparto algunos principios:
1. Dejarse guiar por el Espíritu. Es él quien en Pentecostés hizo hablar a los Apóstoles de tal manera que todas las personas les comprendían en sus propios idiomas[3].
2. Seguir a Jesús en su manera de acercarse a las personas de otras culturas y creencias[4]. Respetar a la persona en su identidad personal y cultural.
3. Vivir la espiritualidad del Cuerpo Místico. Es una espiritualidad de apertura universal.[5]
4. Vivir en comunión. «La Sociedad, en sus diversos niveles, es antes que una institución, una “comunión”, una “comunidad” de cristianos que han recibido el don de una auténtica vocación»[6]. Ya no existe fronteras de cultura, idioma, país.
5. Inculturarse. Jesús se encarnó en una cultura particular, la asumió, la respetó y la llevó a su plena realización.
6. Crear « una atmósfera de familia en donde cada uno se sienta aceptado y apreciado por lo que es. Esto exige voluntad de servicio, de apertura y de apoyo mutuo.».[7]
7. Vivir “relaciones interpersonales armoniosas y verdaderas”, y tener “la preocupación evangélica por los demás, así como la voluntad de crecer juntos para construir, en la caridad, la unidad de la comunidad.”[8]
Que nuestro lema “Unidos en el Señor Jesús” se convierta en el motor de la internacionalización en nuestras comunidades y que manifieste nuestro deseo de testimoniar que todos los humanos están llamados a ser hijos de un mismo Padre y a amarse como hermanos y hermanas.[9]
[1] Cf. «La mondialisation: un phénomène pluriel», en Daniel Mercure (dir.), Une société-monde? Les dynamiques sociales de la mondialisation, Presses de l'Université Laval, De Boeck, 2001. Internet, en L’encyclopédie de l’Agora.
[2] Cf. Ac 2,4-11.
[3] Cf. Ac 2,1-11
[4] Cf. Mc 7,24-30.
[5] Cf. P. Eusebio Menard, Reglas de vida para la familia de la obra de los Santos Apóstoles. Cf. Col 3,11.
[6] P. Eusebio Menard, Reglas de vida para la familia de la obra de los Santos Apóstoles.
[7] Const. M.S.A., Art. 18.
[8] Const. M.S.A., Norma 18.1.
[9] Cf. Const. M.S.A., Art. 8.
Wow! Congratulations on your blog, Padre Lucho! Keep up the good work.
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